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La cocaina en la vida real

La cocaina en la vida real La cocaína ha sido la gran vergüenza de Colombia y los colombianos. Aunque hubo una época en que en el exterior generalizaban y sindicaban a todo los nativos de esta patria de ser coqueros o traficantes ya no es tan humillante la situación. Esto último se veía en Europa y Norte América de manera sobresaliente cometiéndose así la más humillante de las injusticias contra las personas sanas y honorables que son la inmensa mayoría de colombianos.
Hoy vemos sorprendidos como la producción en Colombia ha bajado en un 46%, pero no así su consumo (informe de la Oficina de Control de Drogas de los Estados Unidos). Pero, mientras eso sucede aquí, en el coloso del Norte y en todos los países Europeos la demanda se mantiene estática junto a los precios. En otras palabras, la acción de las autoridades no se ve por ninguna parte.
Durante el último año en solo los Estados Unidos habían 5.9 millones de consumidores, en Europa 3.3 millones y en todo Latinoamérica 2.2 millones. Las cifras son muy dicientes y comparadas con años anteriores muestras un leve aumento en el coloso del norte. También se supo por la misma fuente que las ganancias líquidas y portentosas de la droga se quedan dentro de las fronteras yanqui en un 89%, circulando a todo lo largo y ancho de su geografía.

Los super policías o los macro_políticos no se ven por ninguna parte. Pero aquí en Colombia sabemos todos que el dinero la cocaína se inyecta a la economía legal de los Estados Unidos a diferente escala o lavándolo a través de actividades comerciales e industriales, negocios que tienen la máscara de ser muy pulcros porque pagan impuestos muy oportunamente. Mientras eso ocurre en el paraíso de la cocaína o Estados Unidos, a Colombia la destruyen los yanquis con sus fumigaciones de glifosfato.

Todo el provecho que hacen los narcotraficantes, terroristas, guerrilleros y paramilitares colombianos (suman 80 mil personas aproximadamente) no pasa del 11% de las ganancias del “gran negocio” que tiene desarrollo en las principales calles de Nueva York, Washington y otras ciudades. El costo asociado al cultivo equivale al 0.5%, el proceso de exportación representa el 1% que al recibirse la droga en Miami sube al 9.5%.

Más o menos esta misma relación de ganancias e inversiones tiene operación con los países Europeos. Allí los policías y políticos son también sordos y ciegos mientras insisten en que el problema es de Colombia y no de ellos o al menos admitir que hay responsabilidad en conjunto. Ellos posan de pulcros y a sabiendas de la verdad, sindican a Colombia, tomándose la molestia de ocultar o silenciar el hecho de que se quedan con las grandes ganancias del narcotráfico que invierten en sus honorables empresas industriales y comerciales.

2 comentarios

brinezpitta -

Creo que ninguno de los colombianos es santo ni lo ha habido jamás, pero gente sana si es la mayoría a excepcion de los narcotraficamntes comunes, de las FARC, ELN y Paracos. A mi me ocurrió en un aeropuerto de Méjico que me revisasron hasta el alma y me introdujeron los dedos de una mujer pol´cía por donde todos pueden imaginar. Colombia debiera aplicarle a los yanquis la mis ultrajante polpítica que ellos aplican en todo el mundo.

Carlos Muñoz Pérez -

Su artículo encierra una gran verdad.aqui en los Estados Unidos en narcotrafico es muy poco controlado y se ve a toda escala en calles y carreras.