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Una positiva gestion en la conducción del Liberalismo

Una positiva gestion en la conducción del Liberalismo Definitivamente el único partido político en Colombia que tiene dinámica propia es el Partido Liberal. Su eterno contrincante, el Conservador pasó a ser un apéndice del sector que está buscando configurar un nuevo partido con el nombre de “uribismo”, es la espera de un nombramiento, un contrato o cosa similar. El hecho que 428.904 personas votaran para escoger delegados a las asambleas departamentales y municipales liberales, les da una buena pauta a sus dirigentes y aspirantes a la presidencia de la república. Ha tenido un repunte bastante significativo comparado los resultados cuando los que se apodaron “uribistas” actuaban a nombre del liberalismo.

El presidente del Partido, Juan Fernando Cristo, considerablemente entusiasmado ha dicho que los liberales se “sobraron en la respuesta a la convocatoria hecha para escoger delegados a las asambleas departamentales y municipales”. Yo no iría tan lejos y aseguraría que la respuesta fue buena y que traduce que el liberalismo no está muerto ni va camino al desfiladero como lo han noticiado ancianos vividores de la politiquería, va por buen camino hacia su retorno a las bases populares, a las gentes que están en los pueblos y ciudades y que como los senadores y representantes también son Partido Liberal vivo y actuante.

Algo interesante de los resultados, que es para tener en cuenta radica en que 113.702 jóvenes votaron, es decir un 25% de la totalidad; en otras palabras, hay futuro dentro del liberalismo. El grave problema de los partidos es el anquilosamiento de personas ancianas (más de 65 años) en los lugares claves convirtiéndose en impedimento para que las nuevas generaciones lleguen. La votación actual total fue el doble de la anterior, significando que está revitalizándose a un buen ritmo para tomar su nuevo camino. Si al partido se le organiza desde sus bases, desde la provincia con la participación de los jóvenes no habrá nada ni nadie que lo detenga.

Todo parece indicar que la gente ha venido asimilando a muy buen éxito el proceso de organización interna liberal utilizando como base un procedimiento democrático y, eso es bueno, no solo para el Partido Liberal sino para el país entero. Las bases liberales comprobaron que son más en volumen y valor que la dirigencia vieja y anacrónica en buena parte y que ellas son los van a decidir por encima de caprichos personales. Lo orientado por los dos últimos presidentes del Partido Liberal al abrir las compuertas de la participación a todos los que desean un cambio es para felicitarlos. Atrás quedaron las viejas prácticas politiqueras, marrulleras, dolosas (en ocasiones), traicioneras y eso es bueno para el Liberalismo y para Colombia.

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