Vestir altar para que otro diga misa
¿Para qué un partido querría apoyar a alguien si al ganar la presidencia de la república no va a gobernar con los suyos? ¿Para qué una reforma política si los partidos como tal no tendrían ninguna incidencia en el gobierno que contribuyó a instaurar? Esas son preguntas que surgen ante la propuesta de Enrique Peñaloza, quien asegura volverá hacer lo que practicó en Bogotá, de escoge la gente que lo va acompañar, independientemente de que fueran liberales, conservadores, costeños, antioqueños o bogotanos.
En otras palabras, quiere que el Partido Liberal lo apoye no con las condiciones del partido sino las que él impone y que sean fruto de su criterio personal, únicamente. Entendemos que quiere, después de ser elegido presidente con el apoyo del Partido Liberal, esta colectividad lo olvide de que eligió porque los liberales, haciendo tabla rasa, son todos manzanillos y llamarlos al gobierno sería hacerle daño al país. Mi abuelo decía sobre propuestas como estas que era arreglar el altar para que otro cantara misa.
Sus recientes declaraciones dan más para pensar. Afirma que Aunque yo he sido liberal, he hecho una política absolutamente independiente, sin compromisos. Creo que ese ha sido el grave problema del país. Que llegan los gobernantes al puesto sin compromisos. Por eso vemos que hacen lo que les viene en gana sin importarles nada por que no tienen compromisos. El país requiere con urgencia mandatarios comprometidos hasta el alma con las causas populares.
Las coaliciones fabricadas tomando retazos de todos los partidos y grupos son más dañinas que la guerrilla, paracos o narcotraficantes juntos porque el mandatario carece de compromiso a fondo. Utilizar jirones de opinión para armar una estructura electoral y después sacarle el cuerpo a las responsabilidades sociales y económicas no es un buen principio ni tendrá buen final. Es en estas condiciones cuando: Los compromisos políticos provocan mucha ineficiencia en la administración. Si son un partido no.
En otras palabras, quiere que el Partido Liberal lo apoye no con las condiciones del partido sino las que él impone y que sean fruto de su criterio personal, únicamente. Entendemos que quiere, después de ser elegido presidente con el apoyo del Partido Liberal, esta colectividad lo olvide de que eligió porque los liberales, haciendo tabla rasa, son todos manzanillos y llamarlos al gobierno sería hacerle daño al país. Mi abuelo decía sobre propuestas como estas que era arreglar el altar para que otro cantara misa.
Sus recientes declaraciones dan más para pensar. Afirma que Aunque yo he sido liberal, he hecho una política absolutamente independiente, sin compromisos. Creo que ese ha sido el grave problema del país. Que llegan los gobernantes al puesto sin compromisos. Por eso vemos que hacen lo que les viene en gana sin importarles nada por que no tienen compromisos. El país requiere con urgencia mandatarios comprometidos hasta el alma con las causas populares.
Las coaliciones fabricadas tomando retazos de todos los partidos y grupos son más dañinas que la guerrilla, paracos o narcotraficantes juntos porque el mandatario carece de compromiso a fondo. Utilizar jirones de opinión para armar una estructura electoral y después sacarle el cuerpo a las responsabilidades sociales y económicas no es un buen principio ni tendrá buen final. Es en estas condiciones cuando: Los compromisos políticos provocan mucha ineficiencia en la administración. Si son un partido no.
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