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cotorreando

El día que nació la luz

El pueblo de Colombia tendría que ser extremadamente ingenuo para no entender que busca el Presidente Uribe con sus discursos veintijulieros con los que esta retando a sus antecesores y después de tantos años pidiéndoles cuenta de sus acciones gubernamentales.

El mandatario busca que los medios de comunicación en procura del show se vayan aplazado y de esta forma tiendan una cortina de humo al presente y el futuro político. De esa forma las discusiones cesen de girar en torno a los paramilitares y las prebendas del gobierno para con ellos.

El presidente busca hacernos creer que el mundo comenzó el día de su posesión y que antes solo había tinieblas, oscuridad total, por todas partes. Que ese día nació el bien porque antes todo era malo y confuso, demoníaco desde todo punto de vista. Que él hizo el día y la noche, pero no le van a creer.

Estamos en un momento muy especial y es el de que el gobierno dejó de mirar adelante para gobernar y ahora conduce al país a través de espejos retrovisores. El problema es que en el pasado no se van a encontrar soluciones a los problemas nacionales como el desempleo, el hambre, los desplazados, salud, educación, etc.

Tampoco creo que sea posible que funcionarios recontrol y partidos políticos, no seguidores de su política vayan a cesar de vigilarlo. En su gestión social y su política de benevolencias con los paramilitares dentro del proceso de paz que hace dos años fue planteado.

Así se rompa las vestiduras el presidente, “el país está paramilitarizado” y desde Santafé de ralito, están saliendo órdenes que se compadecen ni tienen cabida en “cese de hostilidades en desarrollo de un diálogo de paz”. La gente del común cree que no hay claridad, lo habido son discursos altaneros.

El país está alelado de que ahora no se pueda hablar de los paramilitares y opinar por temor a que el presidente monte en ira se vaya de lanza en ristre contra quien encuentre en su camino.

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