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Santander, siempre adelante...

El senador Luis Alberto Gil Castillo, vehemente opositor a las viejas costumbres politiqueras de los partidos tradicionales, fue clasificado como el campeón de hacer lo mismo que él criticaba. El carrusel parlamentario tuvo en Convergencia Ciudadana el máximo exponente de los vicios malsanos de la política colombiana con su jefe llegó a hacer lo mismo que los que él en sus discursos calificaba de “corruptos”.

Otro senador que aparece cediendo la curul en más de dos ocasiones para facilitarle una pensión multimillonaria a los suplentes, fue el liberal Hugo Serrano Gómez, persona de quien se sabe ya está pensionado desde hace varios años pero se hace reelegir para negociar las asistencias de sus suplentes al congreso. Estos dos personajes están entre los cinco primeros lugares.

En el negocio de ceder la curul en la Cámara de representes aparecen Iván Díaz Mateus, Alirio Villamizar, José Manuel Herrera Cely, Miguel J. Arenas y Jaime Durán. Entre los suplentes de este grupo se halla la famosa, por traicionar sus propios criterios y recibir una dádiva oficial, Yidis Medina, quien desde el mes de diciembre no se le ha vuelto a ver en el mundo político.

El pecaminoso comportamiento, repudiado por la opinión pública colombiana que busca honestidad y sanas costumbres en el congreso, tuvo 58 reemplazos de suplentes que han actuado como congresistas desde julio del año pasado. Desde hace tres años 424 suplentes han ocupado el carrusel ignominioso en el congreso. Repugna porque se trata de gente que comprometió en ser parlamentario y no asisten.

Curiosamente los beneficiarios del carrusel son gentes que vienen vínculos con Convergencia Ciudadana, partido que “iría a depurar las costumbres de los políticos tradicionales”. Entre ellos: Luis Alberto Gil Castillo, Juan Manuel González, Jorge Gómez Celis, José Manuel Herrera Cely, Alexander Ariza Puentes, Miguel J. Arenas, Henry Quiroga Castro y Edgar Gómez Román.

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