La consulta es correcto

Si Colombia de verdad es un país democrático y sus partidos políticos como el Liberal también me inclino a seguir la propuesta de Horacio Serpa quien pide que la elección del candidato único liberal sea por consulta popular. Todos los liberales del país y no unos pocos que normalmente están incrustados en el Congreso de la República, con abultadas chequeras, deban ser los que opinen y acaten. La propuesta del dirigente santandereano no es del otro mundo ni debe causar sorpresa ni inquietud ya que todo lo que ha planteado está en los estatutos del partido.

Se presume que los estatutos son para cumplirlos a pie de letra y no para tenerlos archivados y metidos en un archivador. Esto tiene que cambiar y en forma radical si quieren que siga existiendo Partido Liberal. La colectividad no puede seguir aceptando que las cosas y acciones que le compiten a todos por igual, sean atenazadas por los senadores y representantes o "vividores" para seguir cabalgando sobre los hombros de millones de mujeres y hombres liberales.

La mecánica tiene que ver con las reglas que se deben fijar para la consulta liberal, que debe ser popular, amplia y entre liberales", comentó Serpa. Algunos interpretaron esa petición como una clara señal de que Serpa está marcando su territorio dentro del proceso de unidad y reconciliación. Yo personalmente creo que si y así debe ser, dar a conocer las intenciones y lo que está pensando cada uno de los aspirantes. Eso es ser liberal. El ha dicho que él está en capacidad de asumir un programa que sea de avanzada democrática pero los demás guardan silencio.

Los demás que tengan aspiraciones dentro de las directivas y los cargos de representación popular dentro del partido liberal tienen que hacer lo mismo. "desembuchar sus intenciones" para que el grueso del Partido Liberal sea el juez máximo de la contienda y no esperar a que escritores políticos bien pagos le escriban programas que jamás pasan del papel a la realidad porque no es fruto de la conciencia liberal sino el resultado de un diseño de imagen.

Esa sucia y mal oliente forma de escoger los candidatos, a puerta cerrada y a espaldas del liberalismo, no tiene cabida en el Siglo 2l, es la verdad. Tampoco la tiene la mañana de hablar siempre en forma ambigua y sin compromiso de ninguna naturaleza y de esta manera facilitarse estar con Dios y con el Diablo. Los que sean escogidos para guiar al Partido Liberal tienen que ser leales, francos y entregados a la causa liberal social.