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El Carrusel de Pensiones, un negocio jugoso

A la gran mayoría de los actuales congresistas colombianos solo les preocupa el interés de hacer dinero para abultar sus chequeras que ya están a reventar. No mueven un dedo y antes por el contrario se van de lanza en ristre contra quienes hacen propuestas de modificar los actos dolosos y de muy bajo nivel ético que son entre ellos el pan de cada día. Uno caso para enmarcar es el “carrusel de las pensiones”.

No sobra traer a la historia datos como los de que los titulares de las curules, en el Senado como en la Cámara, tienen el gran negocio de cobrarle elevadísimas cantidades de dinero sus suplentes, para permitirles sesionar por algunos meses y de esta forma obtener pensiones de $16 y más millones de pesos mensuales sin haber actuado más de seis meses. Otros de estos sujetos ya están pensionados pero se hacen elegir solo con el fin de vender la asistencia a las sesiones.

Una reciente información salida de la cámara señala que para poner fin a esa situación, el representante Jaime Amín Hernández presentó un proyecto de ley que exigía que, para hacerse acreedor a una jubilación de congresista, el beneficiario debía ocupar la respectiva curul por lo menos durante cuatro años. ¿Sabe que pasó? El proyecto fue derrotado en la Comisión Séptima de la Cámara, por 18 votos en contra y solo uno a favor. Los honorables y dignísimos representantes de esta comisión no están dispuestos a dejar de vender la asistencia de sus suplentes.

La decisión de la Comisión Séptima fue apelada, la acción aceptada y la Cámara en pleno encargó a Wilson Borja, Carlos Arturo Piedrahita y Telésforo Pedraza, la preparación de un informe sobre el tema. Los comisionados no han decidido aún su respuesta, por el contrario están tratando de buscarle curvas para impedir una ley que bloqueé el carrusel de las pensiones. Telésforo Pedrada presentaría un informe positivo, pero no se sabe los otros dos que ya ven la cosa como “difícil”.

La verdad es que dan asco sus actuaciones. No les interesa más que sus estómagos protuberantes y seguir engullendo a pesar de estar ahítos y eructando agrieras. El congreso de que en una época se dijo era “admirable” por parte de uno de los más grandes reaccionarios y violadores de las normas legales, no son más que gentes mañosas y descaradas sin ningún respeto por si mismos y las comunidades que dicen estar representando. Se salvan unos muy poquitos.

No creo que exista un solo colombiano que haya votado por un representante o senador para que ponga afuncionar como negocio particular la venta a sus suplentes de la posibilidad de una pensión de $14 o más millones de pesos por ir unos pocos meses a sentarse a bostezar por mínimas horas a la semana. ¿Qué hacer con ellos, volverlos a elegir? ¿Frenarlos de una vez y por todas negándoles el voto en las próximas elecciones?

1 comentario

natym -

le falto decir que Carlos Ignacio Cuervo fue el único que votó positivamente el proyecto en la comisión séptima y el que apeló en la plenaria