Falsas garantías del gobierno

Las invitaciones del gobierno a debatir las garantías electorales que tendrán los partidos políticos en el país, en los próximos comicios en donde presuntamente habrá reelección presidencial, no son muy alentadoras. De boca aseguran que el Gobierno invita sin ninguna restricción a todos los partidos políticos y a la oposición a que opinen sobre las garantías, pero enseguida señalan que habrá discriminación cuando argumentan que los planteamientos que sean excesivos los debatimos y los que sean razonables, los ponentes y el Gobierno, los impulsarán para incorporarlos a la ley.

Según la invitación hecha la propuesta del gobierno no es más que para “opinar”, en ninguna parte hablan de decidir. Además a pesar de ser el presidente candidato, no es muy claro que el gobierno meta las manos y los pies en el desarrollo de la ley de garantías electorales a los demás, hecha para limitar su poder casi ilimitado en materia de dinero y divulgación. Está legislando para su propio beneficio. En la invitación habla de “excesivos” y “razonables”. ¿Quién calificará como tales y cuáles han de ser los parámetros para esa determinación? ¿El propio Álvaro Uribe? ¿Los intereses particulares de la reelección?

“Nuestro propósito es que haya una gran transparencia”, dice la afirmación del gobierno, pero como hay transparencia si su sola presencia empaña todo. Esta es una ley en la que debe declararse impedido el gobierno, hacerse a un lado y dejar solo a los congresistas actuar. De otra manera no habrá la tan anhelada equidad e igualdad de oportunidades. Mientras esté merodeando el gobierno no habrá transparencia. Lo que si vemos es que el gobierno presiona indebidamente cuando aseguran que “De ahí la importancia que el Congreso le imprima la mayor celeridad posible”. Es una orden velada a su bancada para que saquen la ley antes que los otros parlamentarios puedan cambiar los contenidos del interés exclusivo del presidente candidato.

Cuando se habla de que “El gobierno, está dispuesto a negociar la financiación de campañas y garantizar acceso a medios”, queda uno atontado. La palabra negociar significa “yo te doy… tu me das”, esa es la acepción más simple y la más popular y aplicable al caso. Un negociante es el que hace ganancias con la compraventa de sus mercancías. Desde ya observamos que la invitación a debatir las garantías electorales es pura paja, aquí lo que valdrá será “el negocio” que le interese y beneficie el gobierno/Álvaro Uribe Vélez y punto, se acabó el cuento. ¿Acaso es que 44 millones de colombianos somos tarados y no vemos por donde va el agua al molino?