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Libertad Prensa

Castran ley de prensa en Colombia

Una curiosa omisión por parte de la presidencia de la república a la nueva ley que reglamenta el ejercicio profesional del periodismo en Colombia se registra en el momento de hacer la publicación que la Constitución Nacional exige para que la norma pueda ser aplicada en Colombia. Ley publicada en el Diario Oficial omitió el artículo 9 titulado 'Estatutos, Código de Ética y Protección Profesional' de los periodistas.

La advertencia fue hecha por el Procurador quien instó al primer mandatario para que publique nuevamente la mencionada ley, en la forma como fue aprobada por el Congreso de la República el 15 de diciembre del 2004. "La omisión tiene que ver protección laboral y social de la actividad periodística y de comunicación a fin de garantizar su libertad e independencia profesional", precisó Edgardo Maya Villazón.

El recorte fue advertido por el procurador al estudiar una demanda de inconstitucionalidad presentada por un ciudadano, en el sentido que la ley de periodistas, firmada por el presidente Alvaro Uribe, "no fue la misma que aprobó el Congreso". Estos casos casi nunca representan dada cuenta que para enviar a la imprenta el documento a publicar en minuciosamente revisado y en la imprenta los correctores hacen otro tanto.

Esta es la segunda ley que busca elevar a la categoría de profesional el hasta hoy oficio de periodista. La primera en la historia del país fue la ley 51 de 1975 laque duró cerca de 15 años de vigencia hasta que fue demandada y declara inconstitucional por parte de las cortes judiciales. Varias iniciativas han sido llevadas al congreso pero todas han abortado por diferentes circunstancias.

La ley 51 derogada porque en infinidad de casos se utilizó para discriminar el ejercicio del periodismo y la libertad de presa. La nueva ley no ha levantado el entusiasmo de la primera ni entre los periodistas no los dueños de medios. La mayor parte de los comunicadores son escépticos.

Policía desestimaquejas contra paramilitares

Policía desestimaquejas contra paramilitares La policía desestimó las quejas que los damnificados por el desbordamiento del Río de Oro, en el sitio Café Madrid (Bucaramanga), en torno a la presencia de “paras” en sus cambuchos y resguardos. Varias ONGs confirmaron los hechos y la Defensoría del Pueblo de Santander pidió a las autoridades competentes investigar y proceder. Altos oficiales policiales dijeron que cuando ellos han ido y no han encontrado y que la comunidad guarda silencio. El alcalde declaró que no tenía ni idea de lo denunciado.

En municipio de Bucaramanga según las estadísticas oficiales hay 900 damnificados, siendo el 57%, menores de edad. Algunos de ellos aseguraron que "En los dos últimos meses han llegado los ‘paras’, nos han reunido y pedido cuentas de las ayudas recibidas tanto del gobierno como de la empresa privada". Explicaron que “Ellos nos ‘autorizan’ que ayuda debemos recibir y cual no". Van de civil, pero armadas. Se trata de armas cortas como pistolas y revólveres la vista en la cintura en ademán amenazante.

Los patrullajes de vigilancia de que debieran ser de la policía, los realizan un grupo de 20 paramilitares cubriendo los alrededor de los refugios. En las últimas semanas han buscado entrometerse en la vida privada de las personas y les ha dicho que dentro del reglamento paramilitar, "Está prohibido el cabello largo en los hombres y faldas cortas en las mujeres". Le ha reiterado a las gentes que si no obedecen, disponen de medios muy eficaces para hacer respetar lo ordenado.

Voceros de los damnificados, (reservamos sus nombres por razones obvias), han señalado que ellos ven con preocupación la presencia de los “paracos” en sus cambuchas y su actividad diaria. “De nadie es desconocidos que para ellos el asesinato es un deporte que practican sin inconvenientes en quienes no acepten total sumisión a sus caprichos y exigencias”. Es un problema no un cuento político, precisaron.

¿Los periodistas culpables de despelote administrativo?

¿Los periodistas culpables de despelote administrativo? No es intimidando ni asesinando periodistas como se hace un buen gobierno. La situación que registra en los actuales momentos la ciudad de Barrancabermeja no se veía ni en las peores épocas de violencia de la Patria Colombiana. Todo parece indicar que el alcalde apoyado en bandas criminales (paramilitares) está dispuesto a asesinar a quien lo contradiga política y administrativamente. Las amenazas que acaba de recibir el director del semanario Portada son la mejor prueba de que no estamos escribiendo y divulgando cosas infundadas.

¿A quién, a excepción solamente del alcalde de Barrancabermeja, Edgar Cote Gravino, le interesa callar a los periodistas que no son sumisos a sus administración y se atreven a investigar sus acciones para publicar los resultados de las pesquisas periodísticas? Aquí si es aplicable la adivinanza: “Blanco, redondo, gallina lo pone, frito y con sal se come. ¿Quién será? Los santandereanos no admitiremos un periodista asesinado por ser honesto, altivo e inflexible ante la irregularidad oficial.

Como siempre curre en estos casos, en este también se quiere hacer aparecer como “responsable” no al delincuente incrustado en la administración pública, al que le esta haciendo daño al Estado y a la comunidad, sino el periodista que publica sus acciones dolosas. Las amenazas a muerte que está recibiendo el director de Portada Tienen que ser investigadas y sus responsables reducidos a la cárcel como manda la ley con la celeridad que el caso exige. Los criminales están en un círculo reducido, la alcaldía.

El 99% de los barramejos está hastiado con su alcalde y no lo quieren mientras, buscan todas las formas legales habidas para darle entender que su deber es abandonar la alcaldía, pero se hace el torpe y no lo hace. Pero parece que al alcalde no le interesan las formas legales que usan sus contrincantes, utilizando a sus amigos “los paracos” usa al crimen de la forma más natural y apacible. La alerta está dada a tiempo, no hay excusas de ninguna naturaleza