De Presidente a politiquero barato

En mi vecindario todas las gentes están de acuerdo que al presidente de Colombia se está alejando de sus funciones por asumir el ejercicio de la politiquería (política de baja estofa) de tiempo completo. Aún cuando hay conservadores, de polo y otros sectores de opinión diferentes, creen que es hora de ponerle freno de pedal y mano o de lo contrario en pocos meses utilizará la fusta física del arriero antioqueño.

Estuvieron identificados con que la Dirección Nacional Liberal le solicitara al Procurador General de la Nación evaluar las recientes declaraciones del presidente Álvaro Uribe Vélez, las cuales, según considera, constituyen una abierta y flagrante intervención en política por parte del Jefe de Estado. Las defensas de los gobiernos son las obras no las diatribas y discursos veintijulieros llenos de iracundia con la que cree impresionar.

Todo indica que el Presidente dejó de gobernar y está en campaña a pesar que la ley que acaban de aprobar en el congreso la limitada a 4 meses antes de las elecciones. Este concepto lo han expresado importantes medios de comunicación y columnistas reconocidos por su aplomo y seriedad conceptual, cuando aseguran que a nadie le cabe duda que es el momento de que el Procurador General actúe.

Además, mis amigos y vecinos creen que, el presidente se está convirtiendo en el personaje más intolerante de todo el país y en el amigo inseparable de la ley del embudo. Han observado como sus últimas intervenciones son atropellando a quienes en su concepto serían sus eventuales contradictores a los que no soporta y que abusando de los medios de comunicación del Estado ataca fieramente.

Muchos de esos vecinos lamentaron que pasara de ser presidente de Colombia a convertirse en el politiquero tradicional. Ya no se le puede creer porque sus frases no son las del mandatario aplomado sino la de un vulgar rebuscador de votos al que no le importaría mentir para sumar clientela.